Compañeros de mi generación

Compañeros de mi generación,
ojos truncos, leones insonoros:
se van acumulando en nuestras caras
los estragos sordos de los relojes
y no hemos quemado un solo cajero.

Pero ya lo quemaremos.

Nacidos en medio de dos rebeldías,
nunca supimos de nuestro piano
ni en qué lugar nuestro concierto.
Miraos: tenemos casi cuarenta años
y no hemos tirado una sola piedra.

Pero ya la tiraremos.

¿Vamos a dejar que afloje la cuerda 
de la que tiraron nuestros abuelos 
y a nuestros hijos que vayan solos
a la nueva turbina del vértigo?
Sí, ya sé que nunca les ganamos.

Pero ya les ganaremos.
.