A vueltas con el verso (el corcho dentro de la botella)

I
Verso si viene del oído.
Verso verso, si viene de la cabeza.
Pero verso y tres veces verso,
si viene a ciegas
del centro de la piel.
II
Algún día seré poeta,
porque soy un claro
rotundo
y fiero
porque sí.
III
Nada más que vanidad
soy a veces: me creo
como ese pájaro
que siempre se posa
en una rama demasiado pequeña.
IV
Era niño:
se sabía pocas palabras.
Pero, inconsciente, las usaba todas.


Se hizo mayor:
las aprendió a miles.
Pero algunas ya no quería decirlas.
V
Ya no leo a Shakespeare,
pues siempre me dice lo mismo,
¡siempre lo mismo!
¡No ha escrito ni una sola línea
en los últimos cuatrocientos años!
VI
Al fin,
el poeta se cansó de su vanidad.
La arrojó al mar.


(Murieron todos los peces).
VII
–¿Tu poesía es por vocación?,
me pregunta un niño con rodillas.
–No, mi vocación soy yo.
VIII
Quise llorar por toda la gente
que lleva una vida sin libros.
(Pero ya sé demasiado
como para llorar).