Tus ojos de las 17:23

De las rosas censadas y pautadas
y escritas en letra verdana cuerpo 11
para las enciclopedias de fauna y flora
la culpa la tienen las propias rosas,
con su etimología latina,
sus espinas obligatorias,
su fragancia asegurada,
sus espinas sobredichas
y sus pétalos como nacidos
para una buena clasificación.

Lo mío, en cambio,
se aparta de pétalos y espinas
pues no tengo nombre ni patria
y mis unos traicionan los doses
y mis versos corrigen poemas
y mis verdes se tornan violetas
y apenas repito pensamientos
salvo en el tres por ciento de los casos:
qué libro iba a escribir yo
salvo aquel que titulara
“Desdiciéndome” 
o “Nuevas rectificaciones”
o “Tus ojos de las 17:23”.
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