Mi único castillo posible deberá ser en el aire

De nuevo en sus diarios 
lucen garzas reales 
con las plumas bien peinadas. 

(El edificio más alto de mi ciudad es el BBVA). 

De nuevo
José Luis Rodríguez Rajoy 
actúa con Mariano Zapatero; 
tres dromellos y dos camedarios 
se citan tras la puerta. 

(Mi jefe se llama Jorge y no sabe quién es Balzac). 

Las chicas estrenan bigote Abanderado, 
los chicos se pintan labios de aguja, 
y un niño me explica en Antón Martín 
la teoría de la relatividad. 

(Pero basta de teorías, Natalia, pasemos a los besos).

Para más desgracia y pontevedra,
en la biblioteca de Retiro,
a pesar de mis quejas blancas,
la sección de poesía
sigue pegada a la de teatro.

(Mi único castillo posible deberá ser en el aire).
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