las mujeres de gran cilindrada

Son las mujeres que me gustan. 


Las que arrojan el vaso a la pared 
con tal rabia 
que los vasos no se rompen, 
las paredes no sangran, 
y triunfan ellas y su vestido blanco, 
y te pasas la tarde 
recogiendo tus añicos. 


Las que besan de cerca, 
tan de cerca 
que dejan a la vista sus costuras 
y las grapas azules que esconden 
entre la lengua y el corazón 
(si lo supieran me matarían). 


Las que siempre te recuerdan 
el daño que podrían hacerte 
sin fijarse demasiado 
(pero algunas se moderan 
si les haces flan o natillas). 


Las que cierran sus ojos con llave 
por si entra miel en sus pestañas. 
Las solemnes, las serias, 
las eternas preocupadas 
(pero una vez que ríen 
lo hacen a toda encía). 


Las que me acaban dejando 
al darse cuenta 
de lo sencillo que es dominarme 
(quisiera ser más difícil, 
pero sólo consigo defraudarlas). 


Las mujeres de gran cilindrada. 


(09/2008)