el libro


Acontecimiento mundial II


Prólogo/aclaraciones de Batania a "Neorrabioso" (Ediciones La Baragaña)


Descreo de los prólogos. Que se defiendan los poemas a solas. Pero entonces..., ¿quién es Batania, qué significa neorrabioso, quienes son los autores de las pintadas, qué ocurre con la propiedad intelectual?

Vayamos por partes.

Batania es una propuesta de espacio personal, un contrapaís de 1`76 de altura y 67 kilos de peso situado entre Argüelles y Malasaña, con un PIB mensual de 856 euros que se invierte a medias en alimentos para el estómago y el cerebro. Proviene del mestizaje de latania, palabra que leí por primera vez en Ocnos, de Cernuda, con el episodio de los batanes de El Quijote.

Neorrabioso es la propuesta de tiempo de Batania, un tiempo de rompan filas. Cuando comencé en la poesía se me hizo la misma crítica desde muchos ángulos: mis poemas, decían, eran tan violentos que no se entendían en una democracia. “Escribes demasiado rabioso”, me precisaron, y yo me añadí el neo- más por autoparodia que por intención agresiva. El adjetivo me vino a la cabeza por una carta de Clarín a Menéndez Pelayo que leí por primera vez en Los ensayos liberales, de Gregorio Marañón.

En este libro, aparte de los setenta y cinco poemas, aparecen treinta y seis pintadas seleccionadas entre un total de 433 que han decorado / lucido / manchado las paredes de Madrid desde mediados de 2008. La mayoría de ellas se encontraron en la zona de Vallecas, Portazgo, Nueva Numancia, Puente de Vallecas, Pacífico, Atocha, Príncipe Pío, Lavapiés, Malasaña, Noviciado y Argüelles. El aerosol con el que fueron efectuadas es el Pinty Plus, el mismo que se puede comprar por 2´20 euros en cualquier tienda de chinos madrileña. Todas las pintadas aparecieron en lugares públicos: se entiende que los bancos, las multinacionales y las grandes superficies son también lugares públicos, al menos en el contradiccionario neorrabioso. No se adjuntan las calles exactas porque la mayoría de ellas han sido borradas por las brigadas de limpieza, como se puede comprobar en una de las imágenes. La autoría de estas pintadas, que en la mayor parte de los casos están extraídas de versos de mis poemas, sigue sin aclararse.

Neorrabioso es una selección de los poemas que he escrito en los últimos cinco años. Los he dividido en cuatro bloques temáticos: aita, Iratxe, poemas críticos y Natalia. No he tratado de hacer un poemario organizado porque escribo sin sistema.

No creo en la propiedad intelectual. Estos poemas no son más que el resultado de una deuda familiar y unas influencias políticas, literarias y amorosas. Cualquiera de ellos puede ser copiado, extractado o mejorado sin necesidad de pedir ningún permiso, citando la autoría o sin citarla, y para el uso que se desee.


BATANIA, Neorrabioso, Ediciones La Baragaña, 2012, págs. 9 y 10
.

Acontecimiento mundial


El 31 de mayo, jueves, a las 20:30, en el 666 Comedy Bar (C/ Pez, 40), presenta Batania "Neorrabioso", su primer libro de poemas y pintadas

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75 poemas, 36 pintadas, 165 páginas, Ediciones La Baragaña.
.

solo libertad

Frecuente y triste historia
la del poeta elegido,
afable y partenonio,
nacido entre cornalinas
y el ocho de la abundancia,
humilde con aeroplano,
matrícula en la solapa,
mezclado en polietileno
y clases particulares,
laborioso, aplicado,
brillante, con facultades,
de familia democracia
y viajes alejandrinos,
erasmus, griego, piano,
biblioteca centenaria,
a salvo de taras físicas
o relámpagos sexuales,
un muchacho inmaculado,
un muchacho ejemplar,
un orgullo y un modelo
que,
sin
embargo,
todavía no ha firmado
una sola línea propia,
un solo verso distinto,
una púa de talento,
y sus trivios y cuadrivios
solamente le han servido
para nada que decir,
su gramática exacta
para nada que decir,
nada sabe del sufriendo,
nada sabe del llorando,
no tiene resentimientos,
nunca hambres ni violencias,
ningún afán de venganza,
qué cosa sea el miedo,
le falta semen, el semen...

El semen

Frecuente y triste historia
la del poeta elegido,
afable y partenonio,
nacido entre cornalinas
y el ocho de la abundancia,
humilde con aeroplano,
matrícula en la solapa,
mezclado en polietileno
y clases particulares,
laborioso, aplicado,
brillante, con facultades,
de familia democracia
y viajes alejandrinos,
erasmus, griego, piano,
biblioteca centenaria,
a salvo de taras físicas
o relámpagos sexuales,
un muchacho inmaculado,
un muchacho ejemplar,
un orgullo y un modelo
que,
sin
embargo,
todavía no ha firmado
una sola línea propia,
un solo verso distinto,
una púa de talento,
y sus trivios y cuadrivios
solamente le han servido
para nada que decir,
su gramática exacta
para nada que decir,
nada sabe del sufriendo,
nada sabe del llorando,
no tiene resentimientos,
nunca hambres ni violencias,
ningún afán de venganza,
qué cosa sea el miedo,
le falta semen, el semen...

Al policía torturador

El asco que me das. Tu recto caballo de sarro
pisando los aguacates. Tus uñas siempre romas
cegando los hoyos donde germinan la simientes.

El asco y la pena que me das. Tus yemas bífidas
pegando su sarna fría en el abdomen de mayo.
Tu viento fósil soplando los fósforos reunidos.

El asco y la pena y la rabia. Tu semen muerto, tu
tez sin labios, tu avellana triste y gusana y vacía
manchando los silos de luz a punto de elevarse.


El asco y la pena y la rabia y el miedo que me das.
.

El peligro de los martillos


Después de quinientos doce poemas 
contra Euskadi, 
doscientos cincuenta y seis 
contra España, 
ciento veintiocho 
contra el BBVA, 
sesenta y cuatro 
contra la familia, 
treinta y dos 
contra mi madre, 
dieciséis 
contra la Iglesia, 
y varios sin numerar 
contra 
los partidos 
los sindicatos 
las elecciones 
la libertad 
sin expresión 
y la expresión 
sin libertad, 
esta misma tarde 
me he sentado 
al pie de la estatua 
de Baroja 
en Moyano 
y he pensado 
que quizá sea peligroso 
destruir dioses 
sin crearse 
otros nuevos. 


(Y lo peor era esa paloma 
que me miraba fijamente, 
dándome la razón en todo). 




II 
Tú que no crees en el rey 
ten cuidado, 
tú que no crees en la patria 
escucha, 
tú que no crees en el presidente 
vigila, 
tú que no crees en la nómina 
ni en el telediario de las nueve, 
recuerda: 
quien saja el lienzo 
no puede dibujar geografías; 
quien rompe todos los búcaros 
nunca pondrá geranios 
que acechen al invierno. 


2008

Mis ignorancias fabrican torres de viento

I 


Los poetas muertos 
me copian 
me plagian 
me roban 
me espían 
llevan dos mil años 
contando 
escribiendo 
adivinando 
anticipando 
mis libros. 
Llame 
a Propercio, 
señor juez, 
que deje 
de copiar a Batania, 
señor juez, 
su Cintia 
es un remedo 
de Iratxe, 
señor juez, 
escúcheme, 
señor juez. 


II 


O sigues el curso de las cosas
o te rebelas.

Yo me rebelé.

Desde entonces
una sirena loca
 

atraviesa mis venas,
y nunca logro
 

distinguir 
si es
de ambulancia
o de policía.
 



Mayo 2008

No haces pie

Hasta los treinta años
duermes montado en tu astronauta
de tres violines,
pero una tarde cualquiera
se te rompe la punta del lápiz
y no haces pie en el centro del lago.

No haces pie en el centro del lago,
y a veces te vienen ganas
de arrojarte a las piedras con todas sus lascas,
de estrellarte contra los escaparates
para que te maten los maniquíes,
de lanzarte a trescientos coches por hora
contra los neones que anuncian
la felicidad de las nueve y media,
porque
ya es tarde para volver al niño
(no hay niño si te buscas niño),
ya es tarde para volver al loco
(no hay loco si te buscas loco),
porque
se rompió la punta del lápiz
y ya no haces pie
en el centro del lago.
 

junio 2008




Tus ojos

Ver tus ojos
es como romperse los tobillos en la salida
del Metro, a la hora en que la madre ecuatoriana
da el pecho a su hijo en presencia del guarda jurado, es como escuchar
el estallido de una petunia atómica, es como olvidarse
de que hay fuertes y débiles y yo solamente soy
indeterminado,
inconcluso,
cuarto decimal de la última estadística,
ver tus ojos mientras me quito las escarolas de la cara
es como revisar los océanos llenos de espinas 

pero faltos de peces,
ver tus ojos sabiendo que me estás mirando, 

Iratxe,
mirando con tus ojos licántropos,
no con el mirar de un sol persa o un códice florentino
sino con el mirar que pinta adelfas violetas
en los acampados del porvenir,
ver tus ojos
es como todo un día rompiendo la lluvia en mi cabeza,
es como el chocar de los trenes con los teléfonos, 

el adiós
de las barbacoas y los diseños de revista,
es como la noche detenida,
la noche sola en que al fin vuela un papel
y dentro las letras,
voraces y desnudas,
con tu nombre
y el mío.
 


16/05/2008

Los árboles que no creen en sus raíces

La derrota es el satén, el lecho de plumas
donde duerme atigrada la victoria.

La selva de la noche siempre recomienza,
la sonrisa de la mañana es un candado.

Se ha posado un jilguero en el alféizar.
El niño dice: se ha posado un jilguero.
El poeta dice: mi ventana se ensancha.

Si cierras los ojos puedes calcinarte, no los cierres.
La mentira ha sido calumniada: la verdad
no es cierta, también tiene mataduras.

Soñarás con los rojos de los flamboyanes.
Serás una tromba, un caimán, una tormenta.

No olvidarás a tu muerto, no cejarás en tu
fe: el viento es cruel con los árboles que
no creen en sus raíces. El viento
es cruel con los árboles que
no creen en sus raíces. El
viento es cruel con los
árboles que no
creen en sus
raíces.
..

A donde nosotros

.
Sí.
Ya me lo habéis dicho. 
Qué hago con una chica de veintidós años.
Un viejo como yo. Un viejo de treinta
y ocho.

Años.

Pero no. No 
os confundan mis bolas de plomo.
Hay un dios rebelde al otro lado de las cifras.
Vámonos de este planeta, Natalia.
Vámonos. Existen otros, 
y Francia.

Te haré tequilas
en un vaso de trapo. Y 
una cesta de números primos. 
Quiero dormir en tu osito de felpa.
Solo tú me haces vibrar. Solo 
tú haces sentir

Me.

Llévame a otro planeta. Te daré 
una flauta redonda si me llevas lejos.
Una carpeta con ponis verdes. Y
zumo de berenjena. Lejos 
de los hombres. 

Llévame.

Adonde no sea joven ni viejo.
Adonde no sea macho ni hembra. Adonde
no exista Madrid. Más lejos. Llévame adonde ti.
Adonde mí. Adonde

nosotros.

La muerte me queda demasiado grande

No os preocupéis por mí. Las cosas
que hago no son. Las cosas
que escribo no son. 

Mías.

No las digo yo. Yo no.

Me represento. 

Hay otro que tiene miedo a Euskadi, hay otro
que tiene miedo.

A España.

Yo no tengo miedo. Yo estoy.

Bien. 

Estoy bien desde entonces,
mejoro desde que me.

Mataron.

Me pasa sólo
que escribo de. Siempre
escribo de.

Noche.

Pero no os preocupéis por mí. No
pienso.

Morirme.

No voy a morir.

Me.



La muerte me queda demasiado grande.
.

los saciados


No escupen gusanos contra las corbatas.
No atacan las hebras puras del silencio.
No lanzan proclamas a los funebristas.
No dudan ni borran los telediarios.
No arriesgan su nadie en los calabozos.
No manchan las lunas ni el metacrilato.
No saltan las bardas de la policía.
No gritan consignas contra los escaños.
No infringen las leyes de la estricnina.
No cortan las calles no ocupan las plazas
no queman banderas no escriben libelos
no exigen justicia no corren no escapan
no sufren no insisten no claman no luchan.


Ellos no.
.

el caballo continuo

No temen al caballo de las horas 
ni al caballo de los días, 
los hombres más ricos no temen
al caballo de los meses 
ni al caballo de los años,
los hombres más ricos de Asia,
los hombres más ricos de Europa,
los hombres más ricos de América,
amarillos de miel y dentadura,
solo temen al caballo incesante
que retorna a las praderas perdidas,
el caballo sin tiempo y sin tregua,
el caballo continuo.

Mi ciudad





Extraña ciudad la mía,
aquí se dice que habitan
tres millones de personas,
pero miro en la calle el trabajo en el súper el bar
en el banco en el bus en el metro en el cine el estadio
y acabo pensando
que en realidad no habita
más
que
una
sola
persona
tres millones de veces.



soy el fracaso de Occidente


Soy el fracaso de Occidente.
Nada menos que el fracaso
de Occidente. Que se entere
mi madre, que se enteren
mis hermanas, ellas que decían,
ellas que pensaban.

Que nunca llegaría a nada.
Vaya que sí he llegado,
soy el fracaso de Occidente,
soy la derrota de Occidente,
soy la tragedia de Occidente,
soy el desastre de Occidente,
soy el declive de Occidente,
soy la pereza de Occidente,
soy el cansancio de Occidente.

Lástima mi padre muerto,
lástima de mis abuelos, si
supieran qué soy ahora,
que al fin he ascendido hasta
el cero, ellos que decían,
ellos que pensaban.

Que nunca llegaría a nada.
Vaya que sí he llegado:
soy el fracaso de Occidente.
El último fracaso de Occidente.
El último y flamante fracaso de Occidente.
El último y flamante y merecido fracaso de Occidente.
.


Argüelles, lunes, 23 de agosto de 2010

.
La soledad no se concede a cualquiera: a mí me ha costado mucho ganarla. La muerte de mi padre me tendió un puente de plata hacia ella: entonces dejé Lauros, dejé a mi madre, dejé a mis hermanas, dejé a mis amigos, dejé los frontones, los chimbos y las ciruelas claudias, y los dejé de tal manera que ninguno sabe de mi actual domicilio, ni de mi número de teléfono, ni de mi nombre u ocupación, y tampoco he querido ni quiero tener noticias de mi madre o hermanas, de las que ni siquiera sé si están vivas... Desde hace más de cinco años la locura me ha hecho nido con tal fuerza que todos los lugares se me hacen Dinamarca y todos los hombres Laertes: hasta me fui a una notaría de Madrid y rechacé las herencias que me correspondían, sólo por olvidarme de mi pasado y convertir mi existencia en un asunto privado con la muerte. Yo no quiero, yo no tengo derecho a ser feliz si mi padre está muerto: a esta divisa estúpida he reducido mi futuro. Aún me quedaban un perro que no era un perro y una chica que no era una chica como los únicos obstáculos hacia la soledad absoluta, como los dos estorbos que seguían insistiendo en hacerme feliz, pero se acabó: el perro se murió, la chica me ha dejado. Lo conseguí y debo congratularme: al fin he ascendido hasta el cero. Ya estamos juntos. Yo y la soledad. La soledad y yo.

Qué formidable pareja.
..

El murciélago

Tu cerebro olvidó
su violencia de regaliz
y comenzó
a equivocarse
a organizarse
a aprenderse
los días de la semana
el calendario gregoriano
los números arábigos
el teorema de Thales
las cincuenta provincias
los nudos de la corbata
                              sólo
equivocó la cuenta
de mujeres
que fuiste
amando
deseando
perdiendo
en el murciélago sucio
de las noches.
 






“Has vuelto a perder... 
“Sí... 
“¿Pero no habías escrito un poema 
con treinta y siete azaleas? 
“El ganador llegó a cien... 
“¡Ostras! 

II 

“Los poetas no deben tomar drogas, “me dijo. 
“Ni los jurados “le dije yo. 

III 

¿Adónde vas, Batania, 
si se te entiende todo? 

IV 

“¿Quién ganó el ultimo año? 
“Un poeta jardinero, miraquelindo. 
“¿Y el anterior? 
“Un cotidiano menchevique, un girondino. 
“¿Y el anterior? 
“Un endecapléjico, heptaburrido. 
“¿Y el anterior? 
“Un silencioso, un elíptico. 
“¿Y cuándo los neorrabiosos? 
“No sé. No en este siglo. 



“Batania, ¿de qué tratan 
los poemas ganadores? 
“Es pronto para decirlo: 
sólo me los he leído diez veces. 

VI 

“He dejado de leer 
los poemas ganadores. 
“¿Y eso? 
“Tardaba un mes en comprenderlos 
y me volvía un mes más tonto. 

VII 

¡Cómo vas a ganar, Batania, 
si en lugar de sugerir 
lo dices todo, 
si no sabes lo que son 
los vacíos ni los silencios, 
si no entiendes 
la estética 
del claroscuro, 
si hasta escribes 
la palabra tenedor 
y la palabra lechuga, 
Batania! 

VIII 

“¡Nunca! “estalló el padre poeta. 

(Cuando su hija le comunicó 
que se casaba con uno del jurado) 

IX 

“¡Escondeos, escondeos!, 
gritaron los del jurado. 

(Pasaba un poeta neorrabioso). 



“¿Y tú cuántos años crees 
que tienen los del jurado? 
“El que menos noventa y cinco. 

XI 

No entiendo el poema, 
les dije tan sólo, 
pero todos se volvieron a mí 
como si hubiera matado 
una cría de ciervo. 

XII 

“Le acuso solemnemente 
de no leerse los poemas, 
dijo el poeta neorrabioso. 

“¡Quién habló de leerlos! 
Yo cuento las sílabas y punto, 
respondió el jurado.